jueves, 30 de diciembre de 2010

El tiempo es una aflicción humana;

no un invento humano, pero es una prisión.
¿Cuál es, entonces, el sentido de ciento sesenta millones de años sin tiempo?

¿Y qué significa el tiempo para los lémures en busca de víveres?
Aquí no hay depredadores, no hay mucho que temer. Tienen el dedo pulgar opuesto pero no fabrican herramientas; no las precisan. No están tocados por el mal que inunda y llena al Homo bobiens cuando levanta un arma: sin embargo, él tiene una ventaja. ¡Una terrible sensación de regocijo proviene de saber que uno la tiene!

La belleza siempre está condenada. "Los que son malignos y están armados se acercan." Homo bobiens con sus armas, su tiempo, su codicia insaciable, y una ignorancia tan horrible que es incapaz de contemplar su propio rostro.

El hombre nació en el tiempo. Vive y muere en el tiempo. Dondequiera que vaya, lleva el tiempo consigo y lo impone.

La raza de los lémures es más antigua que el Homo bobiens, mucho más antigua. Data de hace ciento sesenta millones de años, la época en que Madagascar se separó del continente africano. Su modo de pensar y sentir difiere básicamente del nuestro; no se orienta hacia tiempo, secuencia y causalidad. Ellos consideran repugnantes y difíciles estos conceptos.

Se podría pensar que una especie que no deja huellas fósiles ha desaparecido para siempre, pero la Gran Imagen, la historia de la vida sobre la tierra existe para quien la quiera leer. Masas de montañas y selvas se deslizan, algunas disminuyen su velocidad, otras la aceleran, enormes ríos de tierra dentados se separan en islas, una gran fisura, las masas de tierra se frotan, y luego se separan, se precipitan, cada cual hacia su lado, cada vez más aceleradas... aminoran la velocidad en la gran isla roja, con sus desiertos y sus selvas tropicales, sus montañas con arbustos y lagos, sus animales peculiares y plantas, y la ausencia de depredadores y reptiles venenosos: UN VASTO SANTUARIO PARA LOS LÉMURES Y LOS ESPÍRITUS DELICADOS QUE RESPIRAN A TRAVÉS DE ELLOS.





jueves, 16 de diciembre de 2010

El viaje de los viajeros es ir viviendo la vida.

Acabo de saludar en la carretera a una chica que va junto con un chico y dos chicas a la isla holbox, me parecen increíbles los viajeros, yo soy una viajera también pero jamás lo he hecho por un período excesivamente largo y me parece que algún día lo haré, me gustaría vivir un año viajando y sé que lo haré.

Los chicos que vi hoy me sorprendieron pues además de sus maletas llevaban a Coral (una perrita adulta hermosísima y super bien cuidada) y a un cachorrito, pensé en todos estos pelafustánes y pelafustánas * que ni viviendo en un sitio estable son capaces de cuidar a un perro, a sus hijos y a sí mismos Me fascinan los viajeros, me parecen tan interesantes, tan abiertos, tan sueltos, el mundo es el escenario, las calles son la casa, las banquetas el reposo, la llegada a cada lugar la oportunidad de comenzar de nuevo.


*(así es Elio me hiciste recordar esta increíble palabra que encapsula dentro de su significado un compendio de malas cosas tan excelentemente apiladas que la usaré también).

viernes, 10 de diciembre de 2010

...


- ¿Querría usted indicarme qué camino debo tomar para salir de aquí?


- Eso depende en gran medida del lugar a donde quiera ir- respondió el gato.



- No me preocupa mayormente el lugar... - dijo Alicia.



- En ese caso poco importa el camino - declaró el gato.



- ... con tal de llegar a alguna parte - añadió Alicia a modo de explicación.



-¡Oh! - dijo el gato.- Puede usted estar segura de llegar si camina durante un tiempo lo suficientemente largo.





Pregúntale a Alicia

Lewis Carroll









A N T I M U T I L I D A D



ME PARECE QUE TODO SE TRATA DE ENERGÍA,



DE UN CONSTANTE INTERCAMBIO DE ENERGÍA.



SOY Y ESTOY,

Y SIENTO QUE VOY EN LA BÚSQUEDA DE AGUA.



ESTOY EN ESTA VIDA RESPIRANDO Y EXPIRANDO ESTE AIRE,

VOY Y SOY,

VOY EN ESTA VIDA VIVIENDO, RESPIRANDO Y OBSERVANDO,

ME CONDUZCO CON LA VELOCIDAD A LA QUE ME CONDUCE MI BICICLETA,

A VECES ME LLEVAN MIS PIES, ALGUNAS VECES SE LO HACEN SABER A MIS MANOS,

ESTAS MANOS QUE ESPERAN, ESTAS MANOS QUE SABEN ESTÁN EN LA ESPERA PERO SÉ QUE YA VENDRÁS



Y LUEGO ESTÁN LAS LETRAS QUE ME CUBREN, QUE ME INUNDAN, QUE ME LLENAN, Y COLMAN MI VIDA DE COMPAÑÍA.



ASÍ QUE SÍ, ME PARECE QUE SÍ, TODO SE TRATA DE UN CONSTANTE Y PERMANENTE MOVIMIENTO.





Melissa Ortiz






sábado, 4 de diciembre de 2010

El mundo de todos los días jamás puede tomarse como algo personal que tiene poder sobre nosotros, algo puede crearnos o destruirnos porque el campo de batalla del hombre no está en su lucha con el mundo que lo rodea. Su campo de batalla está sobre el horizonte, en un área que es impensable para el hombre común, el área donde el hombre deja de ser hombre. Juan Matus.

jueves, 2 de diciembre de 2010

2 de Diciembre

LOS ESPEJOS ESTÁN LLENOS DE GENTE
LOS INVISIBLES NOS VEN
LOS OLVIDADOS RECUERDAN
CUANDO NOS VEMOS, LOS VEMOS.
CUANDO NOS VEMOS, ¿SE VAN?

N o v o y a p e n s a r e n t i.

No voy a pensar en ti y no intentaré descifrarte tampoco.

No pensaré en este aire tan espeso infestado de soledades, silencios y soliloquios, no hablaré de mi voz que vaga sin encontrar quien sea capaz de escucharle. Olvidaré mi sonrisa descompuesta y viajera.

Mis brazos sin abrazos, rodeando a estos gatos que se han convertido en la mejor compañía.

Y me serviré azúcar para un corazón solitario. Y verteré yodo en mi vieja cicatriz que tengo escondida y callando, que anda por ahí sin poder decirle al mundo que aquí estoy, que lo logré pues conseguí sobrevivir a un gran amor, aún vivo después de haberlo perdido.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Y un hombre vino...

Ha vuelto de su estancia de cuarenta días en el desierto, después de resistir a las tentaciones de Satanás.
Está en el taller de su padre. Tanto la habitación como los objetos que contiene le son tan poco familiares que no tiene la sensación de haber vuelto. ¿Alguna vez usó estas azuelas, estos serruchos, estos martillos, para fabricar sillas y mesas y armarios?
En el tornillo del banco hay una pieza de madera tosca. Toma la azuela; sabe que esta herramienta se usa para alisar y dar forma a la materia bruta. Durante un instante siente las vibraciones de la herramienta en su mano, que se desvanecen como los vestigios de un sueño y dejan un peso muerto en sus dedos. Apoya una mano sobre la madera y, con la otra, asesta un fuerte golpe sobre un nudo protuberante de la madera.
La azuela se desvía del nudo y le corta la mano izquierda entre el pulgar y el índice. Es un corte profundo, pero el dolor que siente no es mayor al que habría experimentado si su mano misma fuese de madera. Mira hacia abajo con incredulidad. La sangre que gotea no es roja, sino de un pálido color amarillo verdoso que despide un olor de corrupción amoniacal, como orina podrida, el tufo de la estancia del hombre sobre la tierra. Donde la sangre cayó sobre la madera bruta, la corroe como un ácido y traza un rostro simiesco, maligno, grabado con odio, maldad y desesperación.
Se toca la herida con los dedos de su mano derecha y ésta se contrae y sano bajo esa imposición. Ni siquiera queda una cicatriz.



Y un hombre vino a mí con un mono enfermo en sus brazos, y dijo:
- ¡Cura a mi mono!
- No puedo curar animales; no tienen alma.
- Tienen gracia y belleza e inocencia. ¿Qué es la gente que curas, si no animales? Animales sin gracia, animales feos, deformados y enfermos por el odio que causó su mal...
Abrazó a su mono enfermo con ternura y se dio la vuelta. Luego, míró hacia atrás y dijo:
- Anda, cura a Tus leprosos. Y a Tus pordioseros hediondos. Cura hasta que no Te quede nada con qué curar.
Y otros vinieron con gatos enfermos, y con hurones. Y uno vino con un niño enfermo.
- Este niño es vidente. Puede ver lo que hay en las mentes de los otros. Puede hablar con el viento, y con la lluvia, y con los árboles y con los ríos. Cúralo.
- No puedo curarlo porque no Me conoce y no conoce a Aquél que Me envió.
- Entonces no me importa nada de Ti, ni de Aquél que Te envió. Porque Te envió para hacer a los hombres menos de lo que son, no más. Él te envió para cegar nuestros ojos y tapar nuestros oídos.


"El fantasma accidental" de William Seward Burroughs

viernes, 29 de octubre de 2010

Sí.

Sí. Llegará un día, un día en que sentirás el abominable pesar de lo que calificas como "imposible de vivir", es decir, lo que tú y yo intentamos aquel verano de viento y lluvia.

Marguerite Duras.

Lo increíble del mar es que es capaz de curar todas las heridas, incluso es capaz de curar paulatinamente un corazón roto.

Esta noche es memorable para mí, esta noche te hago libre y me libero de ti. Esta noche tiene que ser memorable porque es justo este momento en el que he decidido dejar toda mi ingenuidad de lado.

Esta noche es fría y sin embargo estoy en el caribe, así que junto a este frío decido dejar de arropar acaloradas esperanzas, suelto mis deseos y dejo que se vayan junto al viento.

De manera simbólica se fueron de mi vida muchas cosas, junto con mi cabello, si mi guitarra estuviera sana la tocaría así que le silbaré a mi flauta y dejaré que todo lo que no puedo decirte se convierta en música.

Melissa Ortiz

martes, 26 de octubre de 2010

El Milagro del Hierro

El Milagro del Hierro
El hierro es uno de los elementos más reiteradamente nombrados en el Corán
Corán & Sunna - 26/10/2010 0:02 - Autor: Redaccion - Fuente: http://www.islamreligion.com/es/articles/562/?TB_iframe=true&height=500&width=940Vota:- Resultado 35 votos | Más... Etiquetas: hierro, coran

El hierro sólo puede producirse en estrellas mucho más grandes que el Sol, donde la temperatura alcanza algunos cientos de millones de grados (Foto: astroyciencia.com).El hierro es uno de los elementos más reiteradamente nombrados en el Corán. En el sura conocido como Al-Hadid, que significa “El Hierro”, leemos:

“Por cierto que enviamos a nuestros Mensajeros con las pruebas evidentes e hicimos descender con ellos el Libro y la balanza de la justicia para que los hombres sean equitativos. Hemos hecho descender el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres. Allah sabrá quiénes se esfuercen sinceramente por Su causa y la de Sus Mensajeros; Allah es Fortísimo, Poderoso.”

(Corán 57:25)
A la palabra “anzalna”, traducida como “hicimos descender” y utilizada en referencia al hierro el este versículo, podría atribuírsele un significando metafórico para explicar que el hierro ha sido dado para beneficiar a las personas. Sin embargo, cuando tomamos en consideración el significado literal de dicha palabra, es decir, que fue enviado físicamente desde el cielo, ya que esta palabra es utilizada en el Corán únicamente en sentido literal, como cuando Dios se refiere al descender de la lluvia o de la revelación, comprendemos que este versículo implica un milagro científico muy importante. Ya que los modernos hallazgos de la Astronomía demuestran que el hierro encontrado en nuestro mundo proviene de una estrella gigante del espacio exterior.

No sólo el hierro de la tierra, sino también el de todo el Sistema solar, proviene del espacio exterior; ya que la temperatura del Sol no es apropiada para la formación del hierro. El sol tiene una temperatura en su superficie de 6.000 grados Celsius, y una temperatura en el centro de aproximadamente 20 millones de grados. El hierro sólo puede producirse en estrellas mucho más grandes que el Sol, donde la temperatura alcanza algunos cientos de millones de grados. Cuando la cantidad de hierro excede un cierto nivel en una estrella, la estrella ya no puede retenerlo, y eventualmente explota en lo que se llama una “nova” o una “supernova”. Estas explosiones hacen posible que el hierro sea diseminado por el espacio.

Una fuente científica proporciona la siguiente información sobre este asunto:

“Existen también evidencias sobre lo que ocurre en las supernovas más viejas: los elevados niveles de hierro en los sedimentos del mar son prueba de que la explosión de una supernova ocurrió hace aproximadamente 5 millones de años a no más de 90 años luz del sol. El Hierro-60 es un isótopo radiactivo de hierro, formado en las explosiones de las supernovas con una vida media de 1.5 millones de años. La elevada presencia en el lecho oceánico de este isótopo en una capa geológica determinada, indica la nucleosíntesis reciente en el espacio cercano y su subsecuente transporte a la tierra (quizás como granos de polvo).

Todo esto demuestra que el hierro no se formó en la Tierra, sino en supernovas, y llegó aquí (descendió), como está explicado en el versículo del Corán. Está claro que este hecho no pudo ser conocido en el siglo 7, cuando el Corán fue revelado, sin embargo lo encontramos mencionado en la Palabra de Dios, Quien abarca todas las cosas en Su conocimiento infinito.

El hecho que el versículo mencione específicamente que el hierro descendió a la Tierra es sorprendente, considerando que estos descubrimientos fueron hechos al final del siglo 20. El microbiólogo Michael Denton, en su libro “Nature’s Destiny”, enfatiza la importancia del hierro:

“De todos los metales no hay ninguno más esencial para la vida que el hierro. Es la acumulación de hierro en el centro de una estrella que activa una explosión de la supernova lo que a continuación esparce los átomos vitales para la vida a lo largo del cosmos. El influjo de los átomos férricos, causado por la fuerza de gravedad hacia el centro de la tierra primitiva, generó el calor que causó la diferenciación química inicial de la tierra; esto formó los gases de la atmósfera temprana, y finalmente de la hidrosfera. Es el hierro fundido en el centro de la Tierra el que, actuando como un dínamo gigantesco, genera el campo magnético de la misma, que a su vez crea los cinturones radioactivos de Van Allen, que protegen la superficie del planeta de la radiación cósmica destructiva y conservan la capa de ozono, crucial para el filtrado de los rayos dañinos…”

“Sin el átomo férrico, no existiría ninguna vida basada en el carbono en el cosmos; ninguna supernova, nada habría calentado la tierra primitiva, ninguna atmósfera o hidrosfera se habría formado. No habría ningún campo magnético protegiéndonos, ninguna capa de ozono, ningún metal para hacer la hemoglobina [en la sangre humana], ningún metal para controlar la reactividad del oxígeno, y ningún metabolismo oxidante.”

“Existe una relación íntima entre la vida y el hierro, entre el color rojo de la sangre y el color rojo de alguna estrella distante, no sólo indica la relevancia de los metales en la biología sino también el “biocentrismo” del cosmos…”

Esta explicación indica claramente la importancia del átomo férrico. El hecho de que se ponga una atención particular sobre el hierro en el Corán, da énfasis a la importancia de este elemento.

Es más, se usaron partículas de óxido férrico en un tratamiento contra el cáncer en meses recientes y se lograron resultados positivos. Un equipo liderado por el Dr. Andreas Jordan, en el mundialmente famoso Hospital Charité en Alemania, ha tenido éxito destruyendo las células cancerígenas con esta nueva técnica conocida como “hipertermia magnética fluida” (líquido magnético de alta temperatura). Como resultado de esta técnica, realizada por primera vez en el paciente Nikolaus H., de 26 años de edad, ninguna nueva célula cancerígena se observó en él en lo siguientes tres meses.

Este método de tratamiento puede resumirse como sigue:

1. Unas partículas de óxido férrico disueltas en un líquido contenedor, se inyectan en el tumor por medio de una jeringa especial. Estas partículas se extienden a lo largo de las células del tumor. Este líquido consiste en miles de millones de partículas, 1.000 veces más pequeñas que los corpúsculos de la sangre, el óxido férrico en 1cm cúbico puede fluir fácilmente a través de los vasos sanguíneos.

2. El paciente es colocado entonces en una máquina con un campo magnético poderoso.

3. Este campo magnético, aplicado externamente, empieza a poner las partículas férricas en el tumor en movimiento. Durante este tiempo, la temperatura en el tumor que contiene la inyección de partículas de óxido férrico sube a 45 grados.

4. Por unos minutos las células cancerígenas, incapaces de protegerse del calor, o se debilitan o resultan destruidas. Los tumores pueden ser entonces completamente erradicados con la quimioterapia tradicional.

En este tratamiento sólo las células con cáncer son afectadas por el campo magnético, porque sólo en ellas se inyectan las partículas de óxido férrico. Esta técnica representa un desarrollo enorme en el tratamiento de esta enfermedad potencialmente letal.

El hierro también ha demostrado ser una cura para las personas que padecen anemia. En el tratamiento de tales enfermedades extendidas, las palabras “…el hierro, en el que hay gran poder y beneficio para los hombres.” (Corán 57:25) son particularmente notables. De hecho, en ese verso, el Corán puede estar indicando los beneficios del hierro para la salud humana. Pero Dios sabe más.

lunes, 4 de octubre de 2010

"Mi triste corazón babea a popa".

Puedo cortarme el pelo, puedo cortarme todo el pelo, puedo pretender que vivo feliz en soledad con mis gatos, sé que soy feliz conviviendo con mis gatos. Pero es suficiente 4 días de estar con mi madre, mis tías y mi prima para darme cuenta de que las extraño mucho y lo único que puede sentir este estúpido y grande iceberg que soy es tristeza, mi corazón esta llorando desde lo más profundo de su ser.

Vuelvo a la soledad de mi cuarto con mis hermosos gatos por compañía y vuelvo a ser niña y me doy cuenta de que extraño las locuras de mis tías, la atención y avispamiento de mi prima y de que otra vez estaremos mis gatos y yo y la música ya sin sus sonrisas por compañía.

De que me hace falta ser escuchada, de que puedo nadar en el paraíso pero ahora que ya estuve con ellas no será lo mismo, ni el mar ni mi cuarto, ni la casa ni las avenidas, resulta que yo que era completamanente ermitaña ahora resultó ser absolutamente gregaria.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

II

Este viaje se trata de la muerte, de la muerte de nosotros, de estos que matamos día con día, cada día.

Y vamos por ahí, sin poder quedarnos quietos, llevando la mitad de nosotros porque la otra mitad se nos ha ido.
Porque nos dejo solos sin nuestra mente. O porque nos fuimos a buscar a aquellos que nos llaman y llaman pero cuyas voces no podemos escuchar, porque nuestros oídos también se han ido y están sin nosotros, y pareciera que en verdad todo nuestro yo se hubiera ido a la parte más lejana de este universo que creemos conocer.

Siento que estoy acabando, cerrando y dejándolo todo porque estoy cansada de sentirme inconclusa, inacabada, soy sólo un esbozo que no se completa a sí mismo.

Estoy empezando a sentir que realmente soy yo, ésta que anda y vive soy yo, estoy dejando atrás ese existir sin existir que no me dejaba respirar, que no me dejaba vivir.

Melissa Ortiz (La pangloss)

domingo, 5 de septiembre de 2010

Me uno al museo de la luna posteo a Albert Einstein pues:

Al pensar en nuestra vida y trabajo caemos en cuenta de que casi todo lo que hacemos y deseamos está ligado a la existencia de otros hombres. Nuestra manera de actuar nos emparenta con los animales sociables. Comemos alimentos elaborados por otros y vivimos en casas construidas por otros hombres. Casi todo lo que sabemos y creemos nos fue transmitido a través del lenguaje establecido por otros hombres.

Sin el lenguaje, nuestro intelecto sería pobre, comparable al de los animales superiores. Así, debemos confesar que si aventajamos a los animales superiores es gracias a nuestra vida en comunidad. Un individuo aislado al nacer permanecería en un estadio tan primitivo del sentir y del pensar, como difícilmente podríamos imaginarlo. Lo que es y lo que significa el individuo no surge tanto de su individualidad como de su pertenencia a una gran comunidad humana, que guía su existencia material y espiritual desde el nacimiento hasta la muerte.

Sólo el individuo aislado puede pensar. Sin personalidades creadoras que piensen por sí mismas es tan impensable el desarrollo de la comunidad como lo sería el desarrollo del individuo fuera del ámbito comunitario.

viernes, 27 de agosto de 2010

El hombre que ahora soy nació de una herida. Esa herida afectó al corazón. Henry Miller.

De eso se trata, de los instantes, tu y yo fuimos un instante, un instante que se ha perdido ya en la inmensidad del espacio, perdimos el tesoro, eso también ya lo viste, éramos el uno para el otro y no fuimos capaz de luchar, no nos hemos conseguido, no lo hemos intentado, sólo tu podías leerme, toda en mis ojos. Sólo tu podías verme realmente.

¿Qué se supone qué debo hacer? ¡¿Qué?!

martes, 3 de agosto de 2010

I

LOS RECUERDOS SON COMO PERROS ABANDONADOS, VAGABUNDOS, NOS RODEAN, NOS MIRAN, JADEAN, AÚLLAN ALZANDO LA VISTA A LA LUNA; QUERRÍAS AHUYENTARLOS, PERO NO SE MARCHAN, TE LAMEN ÁVIDAMENTE LA MANO, Y CUANDO LES DAS LA ESPALDA, TE MUERDEN.

Kertész I.

Recuerdo lo bueno y recuerdo lo malo, ahora no me importa lo malo, lo malo es un pequeño punto que se desvanece en la inmensidad de tu luz.

Recuerdo lo malo y recuerdo lo bueno, todo lo bueno empieza a tener más forma y más peso que todo lo malo.

Le regalo todo lo que vivimos al mundo del ensueño, me parece que todo lo que compartimos y vivimos està màs cercano al mundo de los sueños, ese tiempo se ha ido, ese tiempo ya no volverá, nada de eso volverá.

Fui feliz, eso puedo asegurarlo.
Fui inmensamente feliz.

Melissa Ortiz
"la pangloss"

miércoles, 14 de julio de 2010

ENCUENTRA BELLO TODO LO QUE PUEDAS; LA MAYORÍA NO ENCUENTRA NADA SUFICIENTEMENTE BELLO. VINCENT VAN GOGH

Existen personas que entran en tu vida. Existen ese tipo de personas que aparecen en tu vida y te detienen la vida, tu ritmo, tu rutina, te raptan, te llevan y después algo pasa y todo cambia.

Así me paso a mí cuando conocí a los 3 viajeros que me cambiaron la vida. Sé que pude haber seguido viajando con ellos, no sé por cuánto tiempo, pero de algún modo yo sabía que ese ya no era más mi viaje.

Existen personas que llegan a tu vida y te dan tanto, te dan algo que es sumamente difícil de describir.

Pude haber seguido con ellos pero de algún modo yo sabía que ese ya no era más mi viaje.

Melissa Ortiz
"la pangloss"





jueves, 20 de mayo de 2010

Let it go (Edvard Munch)




Desde acá mi mano desiste en su intento de tomar la tuya, te suelto el hombro, mis ojos te regresan tu cabello negro que tanto me hipnotizaba, mis ojos y mis suspiros te regresan tus manos, mis oídos te devuelven tu voz, finalmente te dejo ir. Le digo adiós a esa sensación de sentir tu andar tan aparejado con el mío.



lunes, 19 de abril de 2010

I

Renuncié a la posibilidad de haber sido perfecta. Soy deforme y soy verdaderamente impredecible hasta para mí misma.

Podría ser perfecta si me quedará quieta, si no abriera la boca, si no hablara con este desgarbo con el que hablo.

Renuncié a la posibilidad de haber sido perfecta.

miércoles, 7 de abril de 2010

Mis ojos te aspiran.

Mis ojos se aspiran todo de la foto tuya que tengo frente a mi escritorio.

Tu cabello, tus gestos, tus manos, ¡tus manos!, tu barba y toda tu inigualable genialidad.

Tu sonrisa, tu increíble y poderosa sonrisa, inmune al espacio, modificándo las barreras del tiempo, haciendo ese instante majestuosamente eterno.

Te aspiro y te sigo aspirando continuaré así toda la noche.

domingo, 14 de marzo de 2010

La huida de Margarita Paz Paredes.

Sucede que la Tierra estaba sorda. Vagué durante muchos siglos caminándola. Busqué, grité, me agoté, pensando que el eco de mi voz llamando siempre, llegaría a algún sitio y que una señal inhóspita me respondería. Pero el silencio pertinaz se entronizó y sólo el murmullo de su tiniebla invadió todo el espacio.

Era preciso huir, traspasar las fronteras del miedo y de la angustia; huir hacia otros sitios donde el amor pudiera alimentarse de una savia fecunda y perdurable, y donde se oyera la voz del hombre, armoniosa, fraterna y libre.

Salí rumbo a la noche, dejando atrás las lucecitas que apenas iluminaban las moradas de tantos seres extraños a sí mismos, que tal vez se debatían en luchas estériles o persecuciones inhumanas. Más lejos, pude ver el débil reflejo que en mi última vigilia aún alumbraba mi ventana.

Sólo el rumor de algunas hojas secas que mis pies oprimían me acompañaba. Y el olor peculiar de la Tierra incitándome a quedarme. Pero seguí hasta subir al descanso de un puente que me acercaba más a la serenidad del firmamento.

A medida que desaparecían las siluetas todavía dibujadas de los árboles; mientras se apagaban las postreras gotas de esta lluvia de verano y la última franja dorada del Sol huia por la tiniebla del horizonte, fue invadiéndome una rara sensación, como de estar suspendida en la confluencia de dos mundos.

Abajo, rozándome los pies, la Tierra se dormía en su lecho de oscuridad completa. Arriba, un imperio de estrellas prodigiosas y la Vía Láctea, en su camino encendido surcaban el cielo océanico, como barco fantasmal e irisado que invitaba a viajar hacia el misterio.

Sentí la llamada de otras voces; descubrí horizontes de trigales celestes, donde mis brazos abarcarían todas las espigas, y un sendero alucinante perdido en el espacio donde tal vez podría internarme en la terca búsqueda de algo confuso que no encontré en la Tierra.

Y ascendí hechizada por el imán de un hemisferio de constelaciones, por una sucesión de explosiones cósmicas que a veces parecían escapar del fondo del mar, en estallidos de coral, y a ratos la bóveda del firmamento semejaba la entrada de una mina donde refulgían todas las piedras preciosas salpicando la oscuridad de esplendores irreales.

Todo resplandecía, bordado de ópalos errantes.

Y yo viajaba a la velocidad de la luz. Mi cuerpo había desaparecido. Tal vez sólo me quedaban el alma y los ojos envueltos en una gasa ingrávida y transparente.

Sólo una vez miré hacia abajo y una emoción conmovedora tembló en mi desamparo.
La tierra, mi planeta distante, era desde lejos un disco armonioso, brillante y vivo, circundado por los astros. Aún se veían las manchas móviles y verdes de los océanos; los promontorios rocosos, que pintaba de naranja y oro el reflejo del Sol, y del otro lado, la luz débil de una perla amanecida.

Nunca sentí tan hondo la belleza de tal obra maestra, ni tan dolorosa la certidumbre de que en ese estadio espléndido el hombre agredía al hombre, manchando la hermosura con sangre inocente.

Después sólo un punto azul que desapareció en la oscuridad y una lágrima que se deshizo en el silencio.

Y seguí remontándome más allá de las estrellas de amatista y de las constelaciones de violeta.

De pronto el cielo profundamente limpió se incendió de un súbito color enrojecido. Cerré los ojos cegados por la repentina brillantez, y un sopor me invadió mientras la atmósfera extraña me cercaba.

Y me quedé dormida bajo el fulgor de lo inusitado.

Marte (Año 2,000), Venus (Año 3,000), Saturno (Año 4,000), Mercurio (Año 5,000) Plutón (Año 6,000), Júpiter (Año 7,000), Urano (Año 8,000) Neptuno (Año 9,000).

DID I LOVE YOU ONCE, DID I?

Se sentaron juntos en el parque, mientras caía la noche. Ella lo miró y sintió una chispa, hormigueo en los huesos.


Desde acá mi mano desiste en su intento de tomar la tuya, te suelto el hombro que mi mentón conoció tan bien cada que nos despedíamos, mis manos sueltan tu codo, esta vez no lo aprieto como solía hacerlo al despedirnos.

Mis ojos y mis suspiros te regresan tu cabello, mis oídos te devuelven tu voz, mi imaginación te devuelve tus labios, me quedaré con tu "buenas noches" ese me lo guardó, te regalo este abrazo que ya no pude darte esa mañana en la que te dejaba con ojos soñolientos, este beso que ya no pude darte. Te dejo ahí.


Melissa Ortiz.

Liebesnest -last but not least-

Recuerdo lo bueno y recuerdo lo malo, no me importa lo malo, lo malo es un pequeño punto oscurecido que se desvanece en la inmensidad de tu luz, lo bueno empieza a tener más peso y más forma.

Y ahora me parece que el tiempo que compartimos es algo que está más cercano al mundo de los sueños. Ya no volverá a ser, nada de eso volverá a suceder. Fui feliz, eso puedo asegurarlo.

sábado, 6 de marzo de 2010

Tengo tanto por decir, tanto por crear, tanto, tanto...

Me gusta que me lean, me hace sentir que no vivo en aislamiento, sensación que por cierto me causa tanto odio, sin embargo debo de empezar a acostumbrarme, esto que veo ahora es una pequeña muestra de lo que vendrá después, seguro seré una total ermitaña. De esto ya no puedo salir, mi estigma: pensar, ver, sentir y ser diferente.

Necesito decir tanto, contar tanto, aún no puedo espero pronto tener compu y por lo tanto darle un uso útil a mi tiempo, y buscar y encontrar en este medio, como afortunadamente ha ocurrido esas pequeñas luces de extraordinariedad que me acompañan.

Mientras tanto dejo esto que es un eco de lo que siento.

martes, 23 de febrero de 2010

Después de mucho analizar creo que ...


si hubiera sido un árbol sería una secuoya.

lunes, 15 de febrero de 2010

Espero una llamada que nunca harás...

y tengo tantas cosas por decirte. Estoy llorando y me siento tan triste y sola. No hay cobijo para mi corazón. Siento el pecho abierto y todo entra. Entra el frío, entra el aire y el olvido.

Nada me satisface, ya no quiero nada. Ahora ya no quiero nada.

La pangloss.

miércoles, 3 de febrero de 2010

- Pero no hables tan alto, otros pueden hacerlo claro.

Dicen cosas dignas; no se ríe la gente, pero tú no te andas por el país del balbuceoa atragatándote con un pedazo de luna azul todos los días, zigzagueando por la avenidas, errabundo.

¿Qué es difícil estar maravillado, y sin e,bargo firme en su propio centro?
Lo sé. ¿Y difícil mirar sin protestar cuando el horizonte se desangra mordido por los canes de la destrucción mientras el hombre se revuelca en el charco de los desagües. También. Por eso andamos colgados de una cola, como monos, mimetizando una postura facíl. Y es imposible tenerse en pie dentro del justo medio, por eso estás aquí preguntándole al árbol por qué sube y al hombre por qué baja, y en la primera abeja que ves te montas rumbo al sueño, o te echas sobre los prados a rascarte la escasa libertad que te queda en esa hora en que la miel de la tarde se azoga y tiende un velo de topacio sobre el párpado insomne.

Y cuando ves pasar un tren , lo tomas hacia cualquier parte del mundo... ¿Y todavía quieres que te respeten?

Que cada cual responde según su naturaleza. Cieto peso haslez tragar a los demás ese bocado: te rompen la verdad, te vuelves a encontrar con que nada está en su sitio, que no se ordena lo que carece en su centro de equilibrio.

Y sin embargo allá vas, a sentarte en el lomo del mundo picándole las costillas para hacerlo tu amigo.
Y ayunas y lloras con impertinencia, soñando que el hombre es el amigo del hombre.
Y el mundo se restriega contra el filo de las bayonetas y te arroja por la borda como a un niño bastardo, y por la borda también al negro, al blanco, al amarillo... todo es cuestión de orden, lo dice el perfume alto de los pinos.

RETORNO DE ELECTRA, Enriqueta Ochoa.

jueves, 14 de enero de 2010


LA BELLA DURMIENTE
Aunque vengas mañana en tu ausencia de hoy perdí algún reino.
Carlos Pellicer

Tal vez retornan aquellas imágenes, abrimos la caja de cristal y tomamos nuestra antigua cabeza, nuestros primeros espejos ocultos allí, y acariciamos temblando los labios de esa boca, que parece atrapada por aquel irresisitible deseo de morder el infinito, pasamos los dedos por el suelo de esa frente, por la apariencia de las mejillas que se resisten a la revelación, y ya para entonces, otra vez, nos hemos olvidado de la forma de nuestra antigua cabeza, del deseo de esta mano con que aún acariciamos, hemos perdido para entonces la cuenta de nuestras estrellas y de nuestras hormigas.

Tal vez retornan aquellas imágenes, tal vez aparace lo que quisimos que fuera el amor, la costumbre de acariciarnos desde lejos, las señales de espejo aprovechando cierto rayo de sol, la clave Morse de los ahogados aprovechando la migración de ciertos peces, los días de la convalecencia y el olor de la sal en los buques abandonados.

Tal vez sólo fue esa costumbre de acariciarnos así, de imaginarnos así, en secreto, en aire no compartido, en respiración por separado, pasando lentamente la mano por la sospecha de una caricia, como alguien que mira hacia el mar viendo desde su cama la pared de su cuarto.

Tal vez aparece nuestra pequeña y antigua ropa, nuestro antiguo descaro y nuestro antiguo pudor, nuestro crecimiento por separado y nuestro amor por separado, el delicioso escondite al que no hemos podido regresar porque extraviamos el plano o porque la imaginación lo ha cubierto de arena, de blancas y suaves colinas parecidas al desencanto.

Entonces la caja de cristal donde reposa nuestra cabeza de antaño puede caer de nuestras manos, entonces nuestros rostros pueden emebellecerse con el desamparo de nuestra primera boca, aquellas con la que imaginábamos el mundo y el beso del mundo y la piel que se resiste a la caricia, como una virgen atrapada por el invierno, y ahora nuestras bocas se iluminan con aquello que entonces no supimos besar.

Y nos vemos desde aquí, nos tocamos y nos esperamos, fluimos en nuestras distancias, en las palabras donde las bocas quieren fundar breves puertos, referencias de un mundo asediado por su invención, y nos tocamos y nos esperamos, sonriendo sin remedio, vacilando sin remedio la boca casi seca por el sudor de lo irreal, aplastados por una lucidez en la cual tampoco creemos. (Alguien acaba de encender la noche en nuestros ojos, alguien acaba de asistir a una ejecución en nuestra mirada), y nos preguntamos por dónde, a qué hora, en qué sucesión de imágenes vamos a reconocernos.

Nos entregamos por un instante al instante, por un momento dejamos de existir en todos los sitios donde nos recuerdan o donde nos olvidan, las leyes de la ciudad no nos tocan, por un instante somos los otros, aquellos dos en los que tanto soñamos.

Y nos reímos un poco torpes, un poco avergonzados de nuestra creación, como los niños que habíamos matado, aquellos dos por donde pasamos para llegar hasta esta mirada hermosa y vacilante de ahora.

Y nos herimos con cuidado, sin evitar nuestras marcas de viaje; hay cierta paciencia en esa sonrisa que no se resuelve como un animalillo cansado, y nos miramos, penetramos en esas zonas donde los ojos se construyen a sí mismos, dejándose llevar por las alianzas de sus imágenes.

Y me hablas de esa niña de trenzas, aplastada por sus catorce años, confundida por la belleza de sus pierenas, avergonzada y perdida, vengándose de algo con cada muchacho que salía, sabiendo osucramente que estaba perdida desde entonces, acobardada sin remedio desde entonces, buscando la justificación, el sollozo que no estaba presente; y yo te hablo de aquel niño que no tenía donde esconderse porque la casa era demasiado grande, porque ya era demasiado tarde, y el cadáver de su infancia se pudría entre sus manos, te hablo de aquel niño devorando lentamente con sus nuevos colmillos su antiguo corazón.

Y no hay amargura en nosotros, tampoco le ponemos un gran lazo azul a nuestra resignación, porque esos niños se han ido igual que nosotros nos iremos un día, y es inútil que asomen sus pequeñas bocas en nuestros besos, no importa que sean sus pequeñas manos las que se toquen en nuestras manos, esos niños se van siempre, y el rastro que dejan es inútil; esos niños han muerto, nuestras manos deberán separarse para seguir siendo reales.

Mujer, mujer, mirándome, ¿viste algo? ¿Pensaste que podías ver algo? ¿Alguna pequeña señal? ¿La viste, la viste?
Mujer, "niña extraviada", "bella muchacha sin libertad", frases manoseadas, ¿te sentiste conmigo la "niña extraviada"? ¿La bella muchacha sin libertad"?
Trazando la tortura, fingiendo la tortura, ¿te torturabas más? ¿Te sentiste la chamaca pálida que caminaba a mi lado haciendo muecas y de la cual no te hablé? ¿Quién creíste que eras? ¿Quién creí que era yo?

Tomados de la mano por las calles de un pueblo irreal, tomados de la mano por las calles de una historia irreal, de una inútil alusión al pasado, mirábamos la luz del atardecer en las viejas fachadas, tomados de la mano como si fuera verdad, juntos como si fuera posible, mirábamos los pinos al otro lado del atrio.
"En el patio de mi casa -dijiste- había unos pinos como éstos..."
Y no agregaste: "Ahora toma una hacha, córtalos de mi corazón y plántalos este anochecer..."
No, no pudiste agregarlo y yo no pude tener el hacha que no existía. Sí, juntos mirábamos esos pinos; sí, juntos mirábamos esos pinos cada vez más oscuros al otro lado del atrio, cada vez más al otro lado de algo, en otra parte, en otro sitio que posiblemente no mirábamos, tal vez en el lado de los leñadores de pinos, de los que manejan el hacha con la misma belleza del amor, en las montañas que sólo tú conocías, en el país de donde el anochecer parecía llegarnos.

Sí, juntos escuchábamos aquel rumor del viento entre las ramas cada vez más oscuras, cada vez más lejanas, y la noche caía, igual que una túnica que resbala de los hombros de una mujer que al quedarse desnuda se quedará invisible.

Juntos los dos, a punto de tomar el misterio, a punto de que la desnudez nos invadiera con toda la fuerza de sus extensiones, a punto de que la princesa dormida por siglos abriera los ojos, a punto de que el joven viajero encontrara la entrada al castillo encantado, a punto de que hubiera una posibilidad de existencia para ese castillo, a punto de darle vida al maleficio, y por esta medida conjurarlo a punto de que hubiera una capa, una espada y una posibilidad de principado... a punto solamente, a punto de algo.

Y ya no recuerdo exactamente a punto de qué, ya no recuerdo quienes éramos, algo he sabido de aquellos dos, vagamente lo he oído en algún sitio de mis palabras, en algún laberinto de mi creación.
He sacudido antiguas imágenes, he destapado botellas no sé si vacías, he empañado con ansiedad el antiguo juego de espejos.
En mi voluntad arde un pájaro oscuro, las palabras de pronto han adquirido el peso de los hechos desconocidos, han tomado el aire verduzco de las estatuas, de las vagas y dudosas realizaciones de que habla la Historia, y esta frase se siente perdida...

Ya no sé quiénes somos; en un acantilado el mar bruñe la roca con la lechosa luz de un movimiento crepuscular y vacío, la primavera retoca sus retratos canturreando en voz baja, pasan las aves que le faltaban a la noche...
Ya no sé quiénes somos; el mar no está aquí, la roca no está aquí, la primavera no tiene retratos, no vuelan los pájaros que necesita la noche.
Ya no sé quiénes somos; tal vez mañana alguno de los dos lo sepa, y tal vez entonces sea neceario sonreír, fingir que recordamos, fingir que somos nosotros, y ese anochecer en el atrio, mirando los pinos, escuchando el rumor del viento en sus ramas, escuchando el rumor del viento en la manera como mirábamos los pinos; ese anochecer cerrrará las ventanas de sus propias imágenes y será el dato falseado de su propia memoria.

Y ahora estos elementos, estas formas de decirnos adiós con imaginarias preguntas, con fuegos de artificio, con imposibles pinos plantados en un patio, con nuestra leyenda más verdadera que nosotros, más hermosa y más arbitraria.

Después, tal vez sepamos que nuestros actos de entonces no fueron de nuestra codicia en el mundo, y que tampoco lo fue ese vago sentimiento de este lado del atrio mientras mirábamos anochecer en los pinos, o tal vez no sepamos nada, no inventemos nada, tal vez no sepamos nada, no inventemos nada, tal vez no sepamos con exactitud si fuimos palpados por una vida que no acertamos a conocer, y que tal vez, quién sabe, fuimos por un instante aquellos dos "que reinaron y vivieron muy felices" según terminaba el libro de cuentos.
José Carlos Becerra.