lunes, 15 de febrero de 2010

Espero una llamada que nunca harás...

y tengo tantas cosas por decirte. Estoy llorando y me siento tan triste y sola. No hay cobijo para mi corazón. Siento el pecho abierto y todo entra. Entra el frío, entra el aire y el olvido.

Nada me satisface, ya no quiero nada. Ahora ya no quiero nada.

La pangloss.