viernes, 27 de agosto de 2010

El hombre que ahora soy nació de una herida. Esa herida afectó al corazón. Henry Miller.

De eso se trata, de los instantes, tu y yo fuimos un instante, un instante que se ha perdido ya en la inmensidad del espacio, perdimos el tesoro, eso también ya lo viste, éramos el uno para el otro y no fuimos capaz de luchar, no nos hemos conseguido, no lo hemos intentado, sólo tu podías leerme, toda en mis ojos. Sólo tu podías verme realmente.

¿Qué se supone qué debo hacer? ¡¿Qué?!