viernes, 20 de mayo de 2011

No llores.

No llores pues mi corazón se comprime porque nos media esta gran distancia, porque nos separa el tiempo y la vida.

No llores que no puedo hacer nada más que sentir que mi pecho se ha abierto y se desangra.

Y sé que nos encontraremos (quizá ya no en una tercera persona del plural inclusivo) pero me gustaría que supieras que la cómplicidad que se comparte en algún intervalo de la vida es algo invaluable.

No llores, mejor sonríe y piensa en quién eres, y piensa que yo voy dentro de ti como un hijo no nacido, y piensa que yo voy dentro de ti, como la semilla de algo que busca ser una gran raíz, como un árbol milenario que dará miles de frutos.

Creceremos Betsabe[sic] creceremos y volaremos, pero por favor no llores que se me va contigo hasta el más mínimo pedazo de alma.