lunes, 30 de noviembre de 2009

"La ventana da a la tristeza" diría sabiamente Becerra

Está cayendo la tarde, el día es triste, las palabras se consumen en mi cerebro, chorrean por mis orejas y se mezclan con esta hermosa canción que estoy escuchando.

Así me encuentro el día de hoy, fue mi decisión venir a la mar y dejar todo atrás, estoy tristemente feliz, ahora que leo un libro de esos que se aparecen en el momento adecuado en cierta etapa personal de nuestra me parece de lo más natural el haberme quitado (como dicen los yucas) de la ciudad.

Me voy el atardecer me espera. Me espera el calor pesado de la tarde. Pienso en todo a quíénes deje y lo que deje pero no lo receurdo con añoranza, sino sólo como algo que llevo dentro, lo llevó dentro demí de tal modo que no es una carga, todo lo contrario, es parte de mí, es lo que soy, no es necesario recordar.

Me voy.

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