sábado, 18 de abril de 2009

And the happiness is gone,

¡Qué felicidad!

Mi cuerpo y mi cara no podían permitirse sentir tanta felicidad, la piel se estiraba sin que mi voluntad interfiriera.

¡Cuánta felicidad!

Y pese a que yo no quería que esa sensación se fuera, inevitablemente fue abandonando poco a poco mi cuerpo.

Y no hubo añoranza porque todo, incluso lo bueno tiene su fin.

Y sólo me quede ahí sentada sintiendo el calor del sol en mi brazo, el tiempo transcurrió lento y pude sentir como el día iba muriendo porque todo en esta vida tiene que morir.
La pangloss.

3 comentarios:

Nitrox dijo...

Em Portugal dizemos
"Não há bem que sempre dure, nem mal que nunca acabe".

Fica bem!

Elio Milay dijo...

Le he hablado de ti a una amiga. Sensible e inteligente como tú. Es muy joven, pero su mente es madura y compleja, además de muy amistosa. Yo creo que podríais ser amigas.

El blog de ella es...

http://lechuzamoon.blogspot.com

Si lees este comentario, Dulce, ya sabes, salúdame aquí a Melissa y únete a su blog. Que como mínimo tenéis en común la inteligencia y el inconformismo.

Y como no seáis amigas, yo me enfado con las dos.

Elio Milay dijo...

Un beso, Melissa. He andado un poco deprimido, pero ya salí del bache. Creo que me afecta la falta de energía solar. En cuanto dejo que me de un poco el aire libre, mejora mi ánimo. Tanta lectura y encierro no son buenos. Mira lo que le pasó a don Quijote. Pero yo nunca aprendo...