Sé que estás ahí, puedo suponer lo que haces, no puedo imaginar lo que piensas, puedo suponer lo que estas haciendo pero no lo puedo saber con verdadera certeza. No sé si lo sepas pero evidentemente nada volverá a ser lo mismo sin ti.
Esta noche yo te siento apoyada en la luz de mi lámpara, yo te siento acodada en mi corazón; un ligero temblor del lado de la noche, un silencio traído sin esfuerzo al despertar de los labios.
Siento tus ojos cerrados formando parte de esta luz; yo sé que no duermes como no duermen los que se han perdido en el mar, los que se hallan tendidos en un claro de la selva más profunda sin buscar la estrella polar. Esta noche hay algo tuyo sin mí aquí presente, y tus manos están abiertas donde no me conoces. Y eso me pertenece ahora; la visión de esa mano tendida como se deja el mundo que la noche no tuvo.
Tu mano entregada a mí como una adopción de las sombras.
José Carlos Becerra. 20 de Diciembre de 1964, México.
(El otoño recorre las islas)
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