Mis ojos se aspiran todo de la foto tuya que tengo frente a mi escritorio.
Tu cabello, tus gestos, tus manos, ¡tus manos!, tu barba y toda tu inigualable genialidad.
Tu sonrisa, tu increíble y poderosa sonrisa, inmune al espacio, modificándo las barreras del tiempo, haciendo ese instante majestuosamente eterno.
Te aspiro y te sigo aspirando continuaré así toda la noche.
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