M e acostumbré a guardarte, a llevarte los mismo que lleva uno su brazo, su cuerpo, su cabeza.
No eras distinto a mí, ni eras lo mismo. Eras, cuando estoy triste, mi trsiteza. Eras, cuando caía, eras mi abismo, cuando me levantaba, mi fortaleza.
Jaime Sabines.
No hay comentarios:
Publicar un comentario