Nunca había sido amable con ella (ya la había visto en otras ocasiones), ni siquiera la había volteado a ver en otras ocasiones, cuando de la manera más austera posible le decía: "No gracias". Pero esta vez fue distinto, ella se acercó y yo me quede ahí, le compré una mermelada: "sin conservadores" me dijo, le creo, le creí total y absolutamente (¡además recicla sus frascos!).
Ella me miró a los ojos, ella se metió en mis ojos. Algo hizo en mí, porque después de que se fue me sentí tan llena de algo. Una mujer, no cualquier mujer, una monja, alguien que ha consagrado su vida a todo lo demás menos a sí misma, hablo conmigo, una mujer que vive y ama a un dios en el que yo no creo, ama a un dios del modo en que yo no puedo, cree conocerlo de un modo en el que yo tampoco he podido, y pese a todo ella se metió en mis ojos. Ella no puede entender (o al menos eso creo yo) el modo en el que percibo mi existencia en este mundo, mi origen, el profundo respeto que siento por cada pequeño átomo que conforma esta tierra, estos árboles, no puede entender ni saber de qué manera observo el cielo, ese amor , esa inexplicable emoción que siento al saber que yo también pertenezco a eso.
Algo hizo en mis ojos, hable con ella como si la conociera de por vida, hable con ella del modo más sincero posible sin proponérmelo, ¿Por qué me sentí tan en paz después de que hablamos?, ¿Por qué pese a lo diferente que eramos sentí que me entendía tanto?, ¿Pero sobre todo, por qué me ha dicho que espera que mi camino me conduzca a la verdad?
Ella me miró a los ojos, ella se metió en mis ojos. Algo hizo en mí, porque después de que se fue me sentí tan llena de algo. Una mujer, no cualquier mujer, una monja, alguien que ha consagrado su vida a todo lo demás menos a sí misma, hablo conmigo, una mujer que vive y ama a un dios en el que yo no creo, ama a un dios del modo en que yo no puedo, cree conocerlo de un modo en el que yo tampoco he podido, y pese a todo ella se metió en mis ojos. Ella no puede entender (o al menos eso creo yo) el modo en el que percibo mi existencia en este mundo, mi origen, el profundo respeto que siento por cada pequeño átomo que conforma esta tierra, estos árboles, no puede entender ni saber de qué manera observo el cielo, ese amor , esa inexplicable emoción que siento al saber que yo también pertenezco a eso.
Algo hizo en mis ojos, hable con ella como si la conociera de por vida, hable con ella del modo más sincero posible sin proponérmelo, ¿Por qué me sentí tan en paz después de que hablamos?, ¿Por qué pese a lo diferente que eramos sentí que me entendía tanto?, ¿Pero sobre todo, por qué me ha dicho que espera que mi camino me conduzca a la verdad?
La pangloss.
2 comentarios:
Pues tú, más que paz, me aportas estímulo neuronal. Una mujer que piensa. ¡En Internet! Tengo varias amigas que sois así, pero escaseáis más que el agua en el desierto.
Te agradezco que sigas mi blog de dibujos. Yo también me voy a acostumbrar a leerte en todas tus entradas.
Hay cosas que tenemos en común.
Virginia Woolf, por ejemplo, a mí me gusta mucho también. "Orlando" es una de la pocas novelas de la literatura universal que no me aburre, que me fascina por su intensa poesía y su gran metáfora de la libertad. En mi adolescencia leí "Una habitación propia" y mi ya latente feminismo (sí, aunque soy hombre, soy feminista) se incrementó gracias a eso. Mi blog en cierta manera es una forma de homenajearos a vosotras. Y parece que os agrada, porque no lo seguís más que mujeres. Los hombres ni se acercan... ¡Mucho mejor! Que se vayan a jugar al fútbol o a hacer alguna guerra en el planeta Marte, a ver si se quedan allí todos de una condenada vez.
Lo único que no me gusta de tu blog (lo único!) es el color rojo violento del fondo, y la enorme cabecera. Aunque de la cabecera lo único que no me gusta es el excesivo tamaño: La fotografía en sí me parece preciosa. Yo la ajustaría al ancho de la página.
Si algún día quieres que te ayude con eso, dime, me encanta echar una mano a mis amig@s. Y a ti te considero amiga.
¿Sabes por qué?
Especialmente por lo que dices en tu blog acerca del respeto a los animales y el vegetarianismo. Yo soy igual que tú en eso, desde que tengo uso de razón. Así que conmigo haces buena junta en una comida; podríamos invitarnos mutuamente a ricos platos absolutamente pacíficos.
Reitero lo dicho: Voy a leerte siempre. Espero por tanto que sigas en tu tónica habitual, compartiendo tanto tu forma de ser en tus escritos, como esta serie de maravillas interesantes que hay publicadas en tu blog. Me caes súper bien. Celebro que te unieras a mis dibujos, así he podido conocerte.
P.S. Por cierto, ¿cómo deseas que me dirija a ti? ¿Te llamo Pangloss o cómo es tu nombre? ¿Cómo te gusta que te llamen l@s amig@s?
Un saludo muy cordial.
Una sugerencia que te hago... Para comodidad de los lectores del blog, te recomiendo que modifiques una cosilla.
Dentro de tu blog, en "Configuración", ve a la sección de "Comentarios" y en ella, donde pone "Ubicación del formulario de comentarios", elige la opción número dos: "Ventana emergente".
De esa forma los amigos que te escriben comentarios no salen de tu página, sino que les aparece una sub-ventanita flotante muy mona. Así no hay que andar yendo hacia atrás para volver a la página principal.
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